Oriunda de Venezuela
Escritora y poeta
«Con mis letras, danzo en la melodía del alma y pinto el lienzo de los sueños»
(XVII Antología)
«… Se
preguntó si todo ese conocimiento podría sobrevivir al paso del tiempo, si no
sería necesario recopilar todo aquel saber —el suyo propio y el de sus
coetáneos, pero también el heredado de griegos y romanos— para que sirviese de
guía a futuras generaciones. De nuevo, la realidad del momento le sacó de sus
ensoñaciones. Sin embargo, aunque se prometió retomar esa cuestión más
adelante, se le ocurrió que Etymologiae podía ser un buen título para
semejante obra…» (pág. 54, Alejandro Hernández López, «El nuevo obispo»).
«… La era isidoriana se
inaugura, / siglo vi de la España
visigótica: / logro de mi intelecto, / compendio de la razón, / no demoraron
mis logros, / en el tejido humanístico; / rueca de hilo exegético, / orlaron
las sacras escrituras, / alabanzas históricas, / biográficas reseñas, / es el
alma mía, alma eviterna, / testigo de mi labor de erudición…» (pág. 50, María
Calle Bajo, «Me llaman san Isidoro de Sevilla»).
«… A veces, cuando el cansancio
y la duda te abruman, te acuerdas de tus primeros años en la Iglesia, cuando
eras un joven monje lleno de entusiasmo y pasión por la fe. Recuerdas cómo tu
maestro, Leandro de Sevilla, te enseñó a amar y a servir a Dios con todo tu
corazón. Y, aunque ahora las circunstancias son diferentes, sientes que el amor
y la pasión por Dios siguen ardiendo en tu corazón con la misma intensidad.
Sientes que Dios te ha llamado a una misión especial y que él te ha dado los
dones y las gracias necesarias para cumplirla» (pág. 48, Jesús Ángel Tiburcio
Figueroa, «Obispo de la esperanza»).